Esta enfermedad no es fácil de superar. El mundo te conduce a tenerla y ella te recibe con los brazos abiertos.
Cuando pensamos en alguien con anorexia se nos viene a la cabeza la imagen de una persona muy delgada y poco más. La realidad no es así. Anorexia es mirarte desnuda al espejo y llorar, sentir que tu valor depende de tu peso, querer literalmente arrancarte partes del cuerpo. Esa típica imagen de una chica rechazando una manzana queda muy lejos de la realidad. Una comienza contando las calorías de comidas como una hamburguesa de McDonalds y termina pesando una hoja de lechuga.
A continuación contaré de manera resumida mi experiencia personal para que si en algún momentos os sentís identificades sepáis que debéis pedir ayuda.
Como muchas otras tantas personas empecé queriendo comer un poco más sano y hacer deporte para perder peso. Pero nada del otro mundo, unos 4 o 5 kg como mucho. El primer mes eliminé comidas como los fritos y dulces, eso sí, de manera bastante estricta. Puede parecer algo normal, sin embargo mi familia ya empezó a notar que algo no marchaba bien cuando en mi cumpleaños (al final de ese mes) comí tres bocados de tarta y me puse a llorar, estuve al borde de un ataque de ansiedad. Al día siguiente como castigo comí solo un yogurt y una manzana y salí a correr hasta casi caer desmayada.
En ese punto yo ya había perdido el peso deseado ya que adelgacé muy rápido. Pero aquello era como una droga. No podía detenerme y la verdad es que no quería. Mis hábitos alimenticios siguieron decayendo hasta el punto en el que ingerir más de 500 kcal me parecía impensable. Mis padres evidentemente estaban muy preocupados ¡Para mí no era nada malo! En el instituto las chicas me paraban y me preguntaban como lo había hecho, ¡querían ser como yo! ¿Cómo no iba a enamorarme de mi enfermedad si era lo único interesante de mí? Una vez en casa lloraba mientras me dolía la garganta de vomitar y el estómago de ponerme todo tipo de fajas que me hacían incluso sangrar. No era tan bonito como creía la gente.
Para este momento yo ya había perdido más o menos 20kg por lo que estaba muy por de bajo de mi peso. Y como ya era insostenible la situación acabaron ingresándome. Lo que pasé en aquellos hospitales mentalmente me destrozó. Creo que esa historia la dejaré para otro momento, es demasiado extensa.
Ahora os contaré algunos de los comportamientos y síntomas que se pueden llegar a tener. Con esto pretendo haceros saber que si notáis algunos de estos, tanto en vosotros mismos como en personas cercanas, puede llegar a ser muy grave:
- Uso injustificado de dietas restrictivas.
- Interés exagerado para recetas de cocina (parece una tontería pero es muy común).
- Sentimiento de culpa por haber comido.
- Evitar comidas en familia o amigos.
- Aumento de la frecuencia y cantidad de tiempo que está en el baño.
- Esconder comida, por ejemplo, en la habitación.
- Miedo y rechazo exagerado al sobrepeso.
- Práctica de ejercicio físico de forma compulsiva.
- Síntomas físicos debidos a la desnutrición: frío en las manos y pies, sequedad de la piel, estreñimiento, palidez o mareos, caída de cabello, etc. En un punto más grave pueden llegar a derivar en problemas cardíacos y frío excesivo en todo el cuerpo entre muchos otros síntomas.
- Amenorrea (desaparición de la menstruación).
- Intentos de esconder el cuerpo con ropa ancha.
- Alteración del rendimiento académico o laboral aislamiento progresivo.
- Aumento de la irritabilidad y agresividad.
- Aumento de los síntomas depresivos y/o la ansiedad.
- Comportamientos manipuladores y aparición de mentiras.
- Rituales extraños con la comida (ejemplo: trocear la comida en pedazos muy pequeños).
Espero que esta pequeña parte de mi experiencia pueda ayudaros.
Hola Marta me parece muy valiente por ti esta entrada. Eres una gran luchadora y gran persona no dejes que nada te venza nunca. Gracias por contactarnos tu experiencia
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