Hay muchas preguntas antes de ponerse en materia para poder desarrollar y desvincularlo de teorías conspiranoicas, la más importante “por qué” y la respuesta, como casi siempre, la encontramos si miramos en el ámbito económico “poderoso caballero es Don dinero”, se dice que las religiones también son las que influyen en casi todo pero en mi opinión al final todo va al mismo sumidero “Don dinero”.
¿Cómo es posible que estén coordinados/as casi todos/as los/as periodistas, tertulianos/as, presentadores/as, etc…? No es posible. Ellos y ellas son los primeros que lo dicen, la famosa frase de “a mi no me ha llamado nadie para decirme lo que tengo que decir” en televisión, en radio, en prensa… Claro que no, es justamente al revés por lo que dices habitualmente te contratamos ya que tu forma de pensar, de ver la vida, de criticar, quienes te caen mal, quienes consideras amigos y amigas, tu ideología política, tu opinión sobre los personajes de actualidad, tu serenidad o explosión verbal, etc… En definitiva, tu complicidad con las ideas que convienen (económicamente) a nuestro medio.
No podemos olvidar que los medios de comunicación tienen dueños/as y que son multimillonarios/as y que su posición, el mantener esa situación, depende muy mucho de las políticas financieras de los gobiernos, es decir, hay quienes podrían perjudicar esa situación económica por tanto hay que invertir gran parte para que quien gobierne también tenga un tono de complicidad.
En EEUU esta práctica se ha normalizado y se habla de ello como parte del juego del poder apenas sin tapujos, parece que en Europa todavía es motivo de “vergüenza”, como si quedase algo de pudor, como si la honradez y la dignidad importase más que Don dinero.
Esta situación, en la que la sociedad comienza a admitir la manipulación con normalidad, me parece muy peligrosa pues es darse por vencido sin luchar, es admitir que no podemos hacer nada por revertirlo. Es muy cómodo llegar a una reunión familiar, o de amigos, o conocidos de bar, o compañeros de trabajo, etc, y unirse a la idea mayoritaria que normalmente coincide con la que nos han contado a través de los medios, es lo más fácil aunque pienses diferente, solo tienes que dejarte llevar y disfrutar de la aceptación de los demás y recoger el agradecimiento de los demás hacia tí por coincidir con sus ideas.
A todo esto lo defino como “dictadura mediática” y es imposible o al menos muy difícil luchar contra ella; si necesitan imágenes o vídeos para apoyar una tendencia o desprestigiar otra las pondrán sin ningún pudor aunque sean falsas porque las consecuencias por esa falsedad son mínimas en contraposición con los beneficios ya sean políticos o de audiencia (beneficios publicitarios). Ahora surge la siguiente pregunta inevitable ¿por qué no se endurecen más las leyes para evitar este tipo de fraude? Y la respuesta la tenemos en una frase del acervo popular: “quién hizo la ley hizo la trampa”, que parece como muy simple, muy básica, muy del populacho pero que en realidad engloba la triste realidad del porque la sociedad nunca ha evolucionado en conjunto, la inmensa mayoría de la población ha ido recogiendo migas, a veces más a veces menos.
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